El lavado de dinero requiere encontrar huecos en la economía formal para poder encubrir e introducir capital obtenido de forma ilegal. Este proceso criminal tiene el objetivo el blanqueo de efectivo obtenido por tráfico de drogas, contrabando de armas, corrupción, fraude, trata de personas, extorsión, piratería, evasión fiscal y terrorismo.
El lavado de dinero atraviesa diversas fases y comienza cuando una persona ingresa sus ganancias al sistema financiero a través de depósitos en efectivo o inversiones financieras. Acto seguido, debe encontrar una figura que ayude a trasladar este efectivo en transacciones financieras para que sea difícil su rastreo. Finalmente se reinsertan los fondos monetarios ilegales a la economía donde ya aparecen legítimos y se pueden utilizar legalmente.
Usualmente se ayudan de negocios que tienen actividades vulnerables, ya que de esta forma pueden lavar grandes cantidades de dinero. Es importante que como dueños de negocios se conozca la normatividad de la ley LFPIORPI y se cumpla al pie de la letra la ley antilavado. En los últimos 13 años, según un estudio de la UNAM, se han abierto 1,632 carpetas de investigación por el delito de lavado de dinero en México.
El impacto que tiene el lavado de dinero en México, es profundo, por lo que la UIF ha exhortado a utilizar el portal antilavado para realizar alta y registro de actividades vulnerables, además de reportes periódicos a través de la figura del oficial de cumplimento, a fin de evitar multas. Recientemente la UIF ha puesto la certificación de lavado de dinero para crear una cultura respecto al tema.
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